No es obligatorio molar. Estoy tirado en un chiringuito, el día está nublado, me aburro un poco y me está cayendo mal la persona que tengo al lado. Hice una foto artística de mi cerveza y pensé lo curioso que sería subirla con la etiqueta #planazo mientras luce al fondo la ría. Pero no, de hecho está un poco caliente; tenía que haber pedido un agua. En un rato me iré, la persona de al lado regala decenas de argumentos sin sentido.
Solo quiero decirte, o decirme, que está bien que no mole este plan y está todavía mejor que no trate de maquillarlo para que, a costa de mi autoengaño, alguien pueda llegar a sentir envidia de él.
No es necesario convertir la normalidad en algo espectacular; ahora mismo mis pies están debajo de una silla rota de Coca-Cola. Me vienen inteligencia y libertad como banderas para ser sincero conmigo mismo. Libertad para decidir si subo la foto en la que salgo bien o en la que parezco un extraterrestre; inteligencia para comprender, disfrutar y aceptar mi vida como es, no como otros desean que sea.
Hay días, planes o fotos que simplemente no molan para conseguir likes en Instagram, pero lo que mola es que no tienen que molar.
Javier Cebreiros cebreiros.com
Sobre Javier Cebreiros | Doctor en comunicación, imparte conferencias y forma a equipos empresariales con un mensaje propio basado en las emociones y la autenticidad | Instagram · Twitter · Youtube · Linkedin · Libro de comunicación (13ª Ed.)
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